lunes, 1 de febrero de 2010

Roto. Sus orígenes

Era una noche soleada, Roto nació con una esquina doblada y una oreja de más, hecho que le provocaría más de una y mil burlas tanto en la escuela primaria como en el Instituto de Maquetación de Filtros Poéticos, donde estudiaría más adelante. Fue por ello que decidió esconder su defecto congénito tras múltiples palabras con tilde: camión, canción, crítico.., detrás de ellas se parapetaba -también detrás de detrás, de escondía y de también-, para que no vieran su oreja adicional. De este modo nadie notaba la diferencia y, cada vez que alguien intuía su particularidad, Roto se lanzaba...

“copón
colchón
allá
almidón
más
¡¡¡Epíteto!!!”

Las pupilas de los curiosos chocaban de bruces contra tanta tilde y Roto respiraba aliviado, mientras que de la esquina doblada nadie tuvo nunca noticia, quizás ni él mismo. Aun así, no pensemos que todo eran pegas y colas con la dichosa oreja, puesto que tal particular situación le trajo dos cualidades especiales e imprevistas: por un lado sabía escuchar como poca gente sabe a los demás, hecho extraño y añorado, sobretodo desde la invención de los orales portátiles y los audioterrenos móviles. Roto se sentaba ojiabierto y era capaz de mirar a alguien y deborar sus palabras a cucharadas, añadiendo de paso nuevas palabras con tilde a su colección. Si alguien fruncía el ceño y atisbaba algo extraño, él no dudaba ni un segundo: “¡¡Baladí!!”, y el otro seguía hablando como si nada, contando sobre amoríos, dinosaurios o recetas, aunque un pelo receloso. Por otro lado, adquirió una gran sensibilidad para la música, la cuál se pasaba horas y días escuchando arrellanado en su cama. Sacaba al aire su oreja, la tercera, y gozaba ya fuera de Mozart como de un camión de la basura, moviendo sus manos y pies al compás. Además de estas curiosidades, físicamente era bastante alto para ser bajo aunque un poco feo para ser guapo, y se peinaba con tenedor.

Después de sus estudios en el IMFP trató de estudiar en la Universidad, decidiéndose por la Ingeniería B de Filosofía Aplicada, pero le decepcionó, sobretodo debido a la escasez de prácticas paracaidísticas y a las malditas huelgas del centollo. De modo que no tardó mucho en dejarlo, encadenando durante meses varios trabajos otro tras uno: banquero, ladrador, lector para pasteles, paseador de Biblías, auscultador, bandido mexicano, camarero acuático, perforador de vasos, morsa, Vedette, lavametros, dios azteca, artista ciego, decapitador en la Revolución Francesa, vendedor de orales portátiles, gruppie e incluso profesor, pero ninguno le satisfizo realmente. Tras pensarlo poco y beberlo mucho, decidió finalmente pedir una Beca Real para construir castillos en el aire, hecho que provocó más de un disgusto a la familia que no tenía y a sus amigos republicanos que era uno, pero a Roto le dio lo mismo puesto que no era de ideologías o era de todas, lo suyo era escuchar, así que se estableció feliz entre las nubes. Tenía 18 años.

Pero no pasó mucho tiempo hasta lo acusaran de falsificador de volutas y de plaquetas YTONG de 7cm de espesor, quedándose por ello sin trabajo, suspendido en el aire y sin ángel de la guarda. En ese momento descubrió que ya estaba quebrado para siempre y que miles de tildes no solucionarían nada. Pero bueno, de esto hace ya mucho tiempo, en los orígenes de Roto, dentro de 20 o 30 años...

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