viernes, 23 de marzo de 2012

El problema de los Corazones

Un corazón sale de su tumba a las 20h de la noche. Salta dando tumbos y supurando mocos por la escalera mientras recita a Beckett, todo a una velocidad inicial de 8'3 km/h.

Al mismo tiempo, pero más tarde, otro corazón desazonado sale de su cripta a las 20:32 en dirección opuesta y oblicua al primero pero con un imperdible menos y una razón de más, necesita cariño. Su latidos lo arrastran a 12km/h.

Entre ambos hay una distancia estimada de 3 parejas, 100 errores, 2 decepciones y una barca que olvidaron arañar. Es decir toda una vida y 1306 km.

Condicionantes del problema:

· El primer corazón lleva marcapasos.

· El primer corazón ha parado en 5 bares y dos gasolineras, 3 min en cada uno de los primeros y 10 en las segundas. Después su velocidad se encoge a partir del km 6 a causa de la tristeza y los bostezos hasta los 7km/h.

· El segundo corazón se disipa con facilidad y suele llegar tarde.

· Hay corazones malos que ponen trampas al primer corazón y se pierde por planetas y charcos huecos.

· Nieva mucho y huele a cloro.

· El segundo corazón tiene tres válvulas rotas de otras tres pedradas de otros corazones sin corazón.

· Es día 13. Todo el día.

· El primer corazón insiste que murió en Praga.

· El segundo corazón empieza a sangrar a partir del km 28, así que coge un taxi que va a 120km/h, pero después de 10km se da cuenta de que los corazones no llevan dinero así que salta blop por la ventana mientras el taxista le maldice. Se levanta y vuelve a reptar a 10km.

· Hay bigotes colgando de una cruz cada 500 metros.

· Hay ninjas africanos disfrazados de mujeres de la compra que merodean en busca de corazones extraviados para traficar con ellos y darlos a sus hijas histéricas.

· Ha habido un terremoto en la Luna.

· El segundo corazón se ha entretenido con un cuervo por 33 min.

· Suena una napolitana.

· {///}

· El segundo corazón tiene claustrofobia localizada en la vena cava inferior.

· Ningún tren ha salido hoy de Zaragoza.

¿En qué punto intermedio se encontrarán nos preguntamos?

Aquello que sí sabemos es que ambos corazones, llenos de razones y tiritas, tirarán uno hacia el otro pese a que nunca hayan bombeado sístole a diástole uno enfrente del otro. También sabemos que será una noche en la que colisionarán en un silencio que se pueda arañar. Dará igual si se encuentran en un templo kopto o en el jardín de la casa de la tía Margarita, puesto que lo harán al haber nacido con dos imanes arteriales de polos opuestos que palpitan al compás de sus nombres y que les llevará a abordarse inevitablemente, digan lo que digan los horóscopos.

Bajo la nieve y después de que se hayan embestido, empezarán seguro a sangrar del tiempo que llevaban nunca sin verse y, aunque heridos, subirán a descansar encima de un tobogán y desde allí mirarán la nevada de coches mientras se cogen de las arterias, y todo estará bien así, y la sangre bajará gota a lágrima por los barrotes de metal hasta el suelo como a cámara lenta hasta que, sin fuerzas, caigan sobre la nieve como un solo trozo de carne, uno encima del otro, muertos.

lunes, 19 de marzo de 2012

La aduana de los sueños

Una larga cola de monos azules que vuelven al trabajo. Una hilera de miradas al suelo de poco a nada y un tristres de peldaño bajo. Ni una palabra. La REALIDAD se había hecho más fuerte y los sueños se habían vuelto difícil de enlatar. Los tiempos estaban cambiando tiñéndose de azul.

Aunque si bien y de antemano no podían cavar en nuestros sueños, porqué allí no llega ni la luz del sol, las SESO sí podían esperarlos cuando llegaban con ellos al cruzar la frontera de la duermevela. Uno a uno, y desde la nueva ley de aduanas y recelos del 1812 a.C, empezaron a tener que pasar por ese registro de los sueños.

Y allí estaban todos justo antes de despertar, uno vestido de vaquero, otro de astronauta, de futbolista, con su secretaría, aquella de princesa, de revolucionario tíldico, de futbolista, malabarista, contrabandista de silencios o asesino de superiores sin anestesia. Algunos iban de futbolistas, escapistas, emperadores romanos, piratas, superhéroes, padres con hijos o hijos con padres, boxeadores, amantes exhaustos o célibes esposos, mártires o dictadores. Alguno iba con su profesora de cuando tenía 12 años, otro de líder del centollo, explorador oceánico, torero o incluso simplemente feliz. Una lista de lo que solo eran cuando no eran aquello que debían ser pero que en el fondo vaya si eran.

Y todos esos sueños yuxtapuestos en fila doble se agolpaban al llegar a la aduana de los sueños, donde una fuego ardía al lado de los sesudos realistas que resoplaban ansioso como cerdos asmáticos en celo. De a uno a otro, los paraban para desvestirlos y escupirles con gruñidos, poniéndoles después ese horrible mono azul de los lunes que tanto odiaban, y aquí os quedáis quimeras noctívagas y a la hoguera con el traje de vaquero, las plumas, la corona y todo el humo tíldico que sobrevolaba la aduana hacia el olvido. Y siempre ese mono azul. Y al salir a caminar con un yunque en los hombros y las caras que ya eran las que les habían dado al nacer de modo que iban olvidando poco a poco si se habían acostado con su secretaria o sondeado las entrañas de océanos secretos.